El pulso musical de este mes late con fuerza entre regresos esperados, duetos cargados de historia y estrenos internacionales que marcan tendencia. La música tiene ese don de reaparecer justo cuando parece que todo está dicho, y lo hace con una mezcla de nostalgia y riesgo creativo. Septiembre está demostrando que todavía hay canciones capaces de detenernos, emocionarnos y recordarnos por qué seguimos buscando melodías nuevas.
Uno de los regresos más comentados es el de OBK, quienes tras doce años de silencio han decidido romperlo con un nuevo sencillo: Maldita Mujer. El dúo que hizo del pop electrónico un sello inconfundible en los noventa reaparece con una canción que suena familiar y, al mismo tiempo, renovada. Sintetizadores reconocibles, un pulso emocional marcado y una letra que habla de relaciones tóxicas y pasiones que duelen tanto como atan. Un tema que recuerda por qué OBK nunca fue solo moda.
La nostalgia también se respira en la voz de Miguel Ríos, que a sus 81 años vuelve a sorprender con Oro irlandés, un viaje íntimo a recuerdos de juventud y paisajes emocionales. El tema, con un aire folk y acústico, refleja la madurez de un artista que lleva toda una vida cantando a la libertad y que ahora, lejos de competir con tendencias, nos invita a detenernos y escuchar sin prisas.
Si hablamos de química en la música, pocos dúos tienen la capacidad de levantar tanta expectación como Alejandro Sanz y Shakira. Dos décadas después de La Tortura y de Te lo agradezco, pero no, los artistas vuelven a encontrarse en Bésame. Es un tema que combina flamenco, afrobeat y rumba, construido sobre un ritmo contenido que da espacio a las voces para desplegarse con toda su intensidad. Lejos de buscar un hit fácil, apuestan por un sonido maduro, cargado de deseo y riesgo.
El contrapunto internacional lo pone Lady Gaga con Abracadabra, un tema que está arrasando en todo el mundo. Es electropop en estado puro, con sintetizadores que golpean y una letra que habla de encontrar magia incluso en los momentos más oscuros. Una canción que confirma por qué Gaga sigue marcando la pauta de lo que significa ser una estrella pop global.
El pulso musical como reflejo de la emoción
Aunque distintos en estilo y procedencia, todos estos lanzamientos tienen algo en común: se alejan de lo superficial. OBK apuesta por hablar de heridas que no cierran, Miguel Ríos canta a la memoria y al paso del tiempo, Sanz y Shakira rescatan la intensidad del amor adulto y Lady Gaga transforma la adversidad en espectáculo.
Pero lo más interesante es cómo cada uno de estos artistas, desde su propio universo, aporta matices a un mismo latido. El pulso musical de OBK conecta con quienes crecieron en los noventa, pero también con nuevas generaciones que descubren en ellos un sonido electrónico con sabor clásico. Miguel Ríos demuestra que la edad no es límite, sino un valor añadido para interpretar emociones con autenticidad. Alejandro Sanz y Shakira vuelven a recordarnos que la música también es complicidad, memoria compartida y química artística. Y Lady Gaga, con su inagotable capacidad de reinventarse, reafirma que el pop todavía puede ser terreno de innovación y riesgo.
En definitiva, el pulso musical que nos trae septiembre es un recordatorio de que todavía hay artistas que creen en la fuerza de una canción completa. No buscan ser un simple sonido de fondo en una playlist pasajera, sino dejar huella, exigir escucha y provocar emoción. Quizás ahí esté la magia: en un momento en que la música se consume deprisa y a saltos de segundos, estos artistas apuestan por canciones que invitan a detenerse. A parar, sentir y escuchar. Y eso, en los tiempos que corren, se convierte en un verdadero acto de resistencia sonora.