En plena temporada navideña, la alerta de terrorismo aumenta en España como cada año. Como parte de las medidas de prevención, el personal de edificios públicos ha recibido un mensaje con las recomendaciones de autoprotección en caso de atentado terrorista. Lo que podría parecer una acción rutinaria ha causado un revuelo inesperado: muchos trabajadores, al recibir este mensaje, seguramente se llevaron un buen susto.
Aunque las autoridades han justificado que esta práctica es habitual en ciertas circunstancias, lo cierto es que, en algunos edificios, es la primera vez que se lleva a cabo. Este hecho no ha pasado desapercibido, generando preguntas e inquietudes sobre la motivación real detrás de esta comunicación. ¿Estamos realmente ante una medida preventiva o podría tratarse de una nueva estrategia para desviar la atención de los numerosos casos de corrupción y causas abiertas que salpican al Gobierno?
Medidas y consejos compartidos
En un ejercicio de transparencia, compartimos algunos de los consejos destacados de esta guía, que pueden resultar útiles para toda la ciudadanía:
- Conozca las salidas de emergencia: En su lugar de trabajo o en espacios que frecuente con regularidad (centros comerciales, cines, estadios, etc.), es importante identificar las vías de evacuación. Esto puede ser crucial en caso de emergencia.
- Ante un objeto sospechoso: No lo manipule bajo ningún concepto y avise inmediatamente a las fuerzas de seguridad.
- En caso de ataque: Si es posible, aléjese del lugar siguiendo una ruta segura. Si no es posible escapar, busque refugio tras un obstáculo resistente, cierre puertas y haga el menor ruido posible.
- Comunicación con las autoridades: Use herramientas como la aplicación ALERTCOPS para reportar situaciones de peligro. Evite difundir imágenes o información en redes sociales, priorizando siempre la colaboración directa con los cuerpos de seguridad.
Una sombra de sospecha
El envío de estas recomendaciones, aunque necesario, llega en un momento especialmente delicado para el Ejecutivo. Los escándalos de corrupción, desde los casos que involucran a Begoña Gómez o el hermano del presidente, hasta las acusaciones al fiscal general y el «caso Ábalos», siguen minando la credibilidad del Gobierno. La pregunta que muchos podrían hacerse es si esta acción responde únicamente a una preocupación real por la seguridad o si forma parte de una estrategia para desviar la atención de los constantes frentes abiertos.
En cualquier caso, más allá de las motivaciones detrás de este mensaje, los consejos compartidos deben tomarse en serio por la ciudadanía. En un mundo cada vez más impredecible, estar informado y preparado puede marcar la diferencia. Eso sí, esperemos que la seguridad no se convierta en otra herramienta política más para diluir responsabilidades.