Manifiesto de apoyo a Sánchez: la cultura del soborno y la corrupción

Manifiesto de apoyo a Sánchez: Mientras España se desangra por los escándalos que envuelven al Gobierno, un centenar de rostros conocidos del cine, la música, el sindicalismo y la política firman un manifiesto de apoyo a Sánchez. Subvencionados de profesión, exministros condenados, vividores del presupuesto y artistas con contrato reciente en TVE se agrupan ahora para blanquear lo que ya es uno de los gobiernos más corruptos, autoritarios y destructivos de la democracia.

El manifiesto de apoyo a Sánchez: una farsa con firma

Bajo el lema de la “defensa de la democracia”, este manifiesto intenta presentar al presidente como víctima de una conspiración judicial y mediática. Sin embargo, lo que se esconde tras el texto es un intento desesperado de sostener un régimen tambaleante con el apoyo de una élite cultural, política y mediática que vive de los favores del poder.

Aseguran que los ataques al Gobierno “se asemejan más a una conspiración que a la crítica política”, y acusan a los jueces, medios y ciudadanos de actuar contra el Ejecutivo “antes de juicio con garantías”. Pero el texto omite deliberadamente lo esencial: los hechos.

¿Quién firma esta vergüenza?

La lista es tan reveladora como repulsiva:

• Pedro Almodóvar: eterno subvencionado, beneficiario de millones en ayudas públicas.
• Andreu Buenafuente: recién contratado por TVE. ¿Apoyo o pago diferido?
• Ana Belén, Serrat, Miguel Ríos: ídolos de la izquierda cultural que nunca han protestado contra el paro, la ruina ni la represión.
• Rosa Montero, Manuel Rivas: escritores de nómina en el ecosistema mediático afín al régimen.
• Magdalena Álvarez, Jesús Caldera, José Montilla y Manuel Chaves: exministros y expresidentes con vínculos directos con causas por corrupción como el caso ERE.

Todos ellos, junto a sindicalistas, funcionarios retirados y académicos del pesebre, han decidido firmar su complicidad con el sanchismo en su peor momento.

¿De qué se sienten orgullosos?

Preguntémoslo sin rodeos:

• ¿De David Sánchez, el “hermanísimo”, procesado y rumbo a Japón para evitar la acción judicial?
• ¿De Begoña Gómez, cuya cátedra está bajo investigación por contratos y favores a dedo?
• ¿Del caso Koldo, con comisiones por mascarillas infladas y sobresueldos ocultos?
• ¿De la amnistía a los golpistas que pisotearon la Constitución?
• ¿De los ataques sistemáticos a jueces, fiscales, policías y periodistas?
• ¿De las cloacas de Moncloa donde se fabrican bulos contra la oposición?
• ¿De haber perdonado a los mayores corruptos del PSOE en Andalucía?
• ¿De ser el Gobierno más elogiado por Maduro, Díaz-Canel y demás dictadores?
• ¿De las primarias amañadas en 2014, con órdenes de “meter las papeletas sin que te vean”, según Cerdán?
• ¿De la imputación de Ábalos, el chalé en Cádiz y su cercanía con tramas opacas?
• ¿De que ADIF y Carreteras estén bajo lupa judicial por amañar obras públicas?
• ¿De que la propia presidenta del Congreso esté ya señalada por su posible conexión institucional con los amaños?

Corrupción probada: hechos, no opiniones

• Santos Cerdán, preso desde el 30 de junio por organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
• Koldo García, exasesor de Ábalos, ejecutor de comisiones y amaños.
• Isabel Pardo de Vera y Javier Herrero, exresponsables de ADIF y Carreteras, imputados por adjudicaciones a dedo.
• Ábalos, implicado en múltiples tramas y citado ante el Supremo.
• Presidenta del Congreso, indirectamente señalada por jueces de la Audiencia Nacional.

Esto no es una teoría. Es un retrato oficial de una organización política en descomposición moral y judicial.

Lo que firma esta gente: adhesión al Régimen

El manifiesto de apoyo a Sánchez no es una defensa democrática. Es una confesión colectiva de servidumbre ideológica, económica o mediática. Cada firma es un intento de tapar con aplausos los delitos que la justicia ya investiga.

Y lo más grave: pretenden silenciar a la sociedad que denuncia. El objetivo no es proteger al presidente, sino protegerse a sí mismos: los que viven del presupuesto, del favor, del contrato público, del reconocimiento oficial.

Y ahora… ¿pretenden que olvidemos?

Que nadie olvide estos nombres. Porque cuando la Justicia actúe y la Historia se escriba, no sólo serán responsables los corruptos, sino quienes los defendieron, los protegieron y los encubrieron.

Como dijo Camus: «Nombrar mal las cosas es añadir a la desgracia del mundo.» Aquí los nombres están claros, y también su responsabilidad.