Recuperar el Criterio en Tiempos Convulsos

Por Álvaro Caro

«Vivimos en tiempos convulsos», donde una vorágine de información vacía ha creado el reino de las mentiras y las medias verdades. «Hemos perdido algo esencial: el criterio». Esa brújula interna que nos guía, que nos permite discernir lo valioso de lo vano, lo verdadero de lo falso.

Superficialidad y velocidad: una sociedad en crisis

Miramos a nuestro alrededor y vemos una sociedad que se debate en la superficialidad, donde las apariencias y las tendencias efímeras se imponen sobre la profundidad y la reflexión. Nos encontramos inmersos en una era en la que la velocidad y la inmediatez son la norma, y en esta carrera desenfrenada, hemos dejado de lado la pausa necesaria para pensar, para sentir, para escuchar verdaderamente a los otros y a nosotros mismos.

Erosión de la capacidad de juicio

En el bullicio de las redes sociales, en el constante bombardeo de noticias y estímulos, nuestra capacidad de juicio se ve erosionada. Nos volvemos receptores pasivos, absorbidos por el brillo fugaz de lo momentáneo, incapaces de filtrar, de cuestionar, de encontrar ese norte perdido en la maraña de datos que nos rodea.

No todo está perdido

Aún podemos rescatar esa voz interior, ese criterio que yace dormido en lo más profundo de nuestro ser. Nos invita a la introspección, a la calma, a recuperar el arte de la contemplación. Nos llama a reencontrarnos con la lectura pausada, con las conversaciones que nos riegan el alma, con esos momentos de silencio que tanto nos revelan sobre nosotros mismos y sobre el mundo.

Volvamos a mirar a los ojos de quienes nos rodean

A sentir la calidez de una charla sincera, a valorar el peso de las palabras dichas con intención y con amor. Aprendamos de nuevo a escuchar a la naturaleza, a percibir el susurro del viento, el canto de los pájaros, la melodía del río que fluye. En esa conexión con lo esencial, hallaremos el camino para redescubrir nuestro criterio, para recuperar nuestra capacidad de discernir y de actuar con sentido y con propósito.

El criterio no es una habilidad innata que se pierde para siempre

Es un tesoro que debemos cultivar día a día, con dedicación y con paciencia. Es un faro que nos guiará a través de las tormentas de la modernidad, iluminando nuestro camino hacia una vida más auténtica y plena.

Hoy, más que nunca, los invito a ese reencuentro con ustedes mismos, a esa búsqueda incesante de la verdad interior, a esa reconquista de la capacidad de discernir y de juzgar con sabiduría. Porque en esa reconquista, reside la esperanza de una sociedad más consciente, más justa, y más humana.

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