¿Por qué razón Javier Milei no respondió los audios y llamados de los periodistas seis meses antes de que fuera presidente, ante la noticia que recorrió todos los medios de comunicación sobre la venta de candidaturas en su espacio político?
Milei traicionó a Mauricio Macri, presidente del Pro, quien lo ayudó a ganar las elecciones presidenciales en 2023, y Milei nos traicionó a todos.
Engañó a toda la gente que lo ayudó a llegar a ocupar el lugar en el que está hoy.
Traicionó a sus seguidores y votantes cuando agitaba la bandera de la «Libertad» en campaña, hoy con promesas incumplidas.
Sostenía que venía a terminar con la casta política y la corrupción, pues la casta continúa atornillada en el Congreso y la corrupción es la vedette.
Los trabajadores son pobres, los profesionales no llegan a fin de mes, mientras que los diputados y senadores perciben una dieta que supera los siete mil euros mensuales, entre otro «plus» que se guardan.
¿El ajuste no lo iba a pagar la casta? Otra falsa promesa de campaña.
Los salarios mínimos en Argentina no superan los 190 euros, los jubilados son golpeados y maltratados en cada manifestación en reclamo por sus derechos: una jubilación digna, ya que no les alcanza ni para sus medicamentos.
El precio de los productos en el supermercado es más costoso que en España.
La «baja» de la inflación es una cortina de humo. La realidad es que los ciudadanos están vendiendo sus dólares, o sea, sus ahorros, desde ya que mal vendidos, mientras que otros se están endeudando para poder sobrevivir.
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El Eco del Poder es una emocionante novela de suspense político que te sumerge en los entresijos del poder, la corrupción y el sacrificio personal. Hugo Navarro, un periodista incansable, descubre una red de corrupción que involucra a las más altas esferas del gobierno y a figuras internacionales. A medida que se adentra en la maraña de conspiraciones, se enfrenta a un dilema: revelar la verdad y arriesgarlo todo, o permanecer en las sombras y seguir siendo un espectador.
Con personajes complejos y una trama llena de giros inesperados, El Eco del Poder nos invita a reflexionar sobre las decisiones que moldean el destino de un país y sobre el precio que algunos están dispuestos a pagar por la verdad.
Antes de que Javier Milei llegara a la presidencia, los periodistas y comunicadores no éramos los «ensobrados» o «prostitutos del poder».
Lo que el primer mandatario argentino ha hecho en campaña, lo ha podido llevar a cabo gracias a muchos de nosotros quienes, genuinamente —tal vez por crédulos o ingenuos— apostábamos por un cambio, por ideas y recetas nuevas, y confiábamos que se trataría de gente idónea, preparada, capacitada, con la actitud y aptitud para desempeñar un cargo público con la responsabilidad que amerita.
Pero nada de eso ocurrió. Hoy están representando al pueblo argentino tilingas de feria, pájaras, delincuentes que se adjudican títulos falsos y otros que no han finalizado sus estudios primarios o secundarios.
Una estafa moral a la población, en pocas palabras, una vergüenza lo que está ocurriendo en Argentina, donde además, en alguna oportunidad, también es noticia un show montado por estos impresentables arrojándose entre sí vasos con agua o agrediéndose físicamente dentro del recinto en medio de una sesión.
En Argentina se está aniquilando la industria nacional.
Siendo un país rico en recursos naturales, hoy están comprando peras a China y carne a Brasil.
La realidad supera la ficción una vez más, pero los gobiernos pasan y los periodistas quedan.
Hablar de temas incómodos al gobierno le preocupa y esta semana Milei denunció penalmente a tres prestigiosos periodistas de medios argentinos simplemente por manifestarse conforme a la realidad con hechos concretos y fehacientes.
Ellos son: Carlos Pagani, periodista con amplia trayectoria en LN+, Ari Lijalaid, periodista de «El Destape», y Viviana Canosa, reconocida periodista de Canal Trece, Artear S.A.

Al presidente solo pueden entrevistarlo “periodistas” que hacen “periodismo” a su favor, adulando, bajando la cabeza y aplaudiendo como focas.
Muchas de esas entrevistas son pautadas y grabadas, como por ejemplo el descargo tras la estafa de los bitcoins protagonizada por un lamebotas llamado Jonathan Viale, quien debía seguir un guion y no salirse de escena.
A Javier Milei le molesta la verdad, los temas incómodos de los que nosotros hablamos.
Increíblemente, mientras Argentina está al rojo vivo, el presidente tiene tiempo de realizar un streaming de seis horas junto a su séquito de youtubers falderos y de pensar en llevar adelante próximamente una obra de teatro en el Muro de Berlín.
Citando a Séneca, «No hay viento favorable para el que no sabe dónde va.»
Las declaraciones del presidente argentino son una seria alucinación, palabras que sostiene el ex presidente Mauricio Macri, y en esto sí coincidimos.
¿La libertad avanza?
«Dime de qué presumes y te diré de qué careces».
