Ley Begoña: El escudo del PSOE para blindar su corrupción

Ley Begoña: El escudo del PSOE para blindar su corrupción

El reciente intento del Gobierno por reformar la figura de la acusación popular es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Bajo el disfraz de una iniciativa legal, el PSOE está maniobrando para blindar a Pedro Sánchez y su familia frente a las investigaciones que los acorralan por presuntos delitos de corrupción. Esta «Ley Begoña», bautizada así en referencia a Begoña Gómez, esposa del presidente, no es más que una cortina de humo diseñada para garantizar la impunidad de un círculo privilegiado que debería estar rindiendo cuentas ante la justicia.

Begoña Gómez está siendo investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, vinculada a contratos obtenidos de manera irregular gracias a su relación con Moncloa. A esto se suma el escándalo que afecta al hermano de Pedro Sánchez, señalado por adjudicaciones irregulares en contratos públicos. La propuesta de esta ley parece diseñada específicamente para entorpecer y frenar estos procesos judiciales, limitando la capacidad de acción de partidos políticos y asociaciones a través de la acusación popular.

Resulta escandaloso que se pretenda utilizar el poder legislativo como herramienta para proteger intereses personales. En lugar de fortalecer la transparencia y el compromiso con el Estado de derecho, esta ley destruye los mecanismos de control que han permitido, en el pasado, sacar a la luz los abusos de poder. Es evidente que quienes impulsan esta reforma no tienen ningún interés en una justicia independiente; su único propósito es perpetuar su inmunidad.

Las asociaciones de jueces han sido tajantes en sus declaraciones, calificando esta propuesta de «inconstitucional» y de estar diseñada para «buscar impunidad». Señalan que la limitación de la acusación popular es un golpe directo a los derechos ciudadanos, y temen que sea el primer paso hacia una justicia al servicio de los poderosos. En palabras de un portavoz judicial: «Es una reforma a medida para los intereses del Gobierno, que pone en peligro la separación de poderes».

La oposición, encabezada por el Partido Popular, ha denunciado públicamente el carácter autoritario de esta ley. Alberto Núñez Feijóo ha afirmado que esta maniobra es propia de «regímenes autoritarios» y que su único objetivo es «esconder la corrupción que rodea al presidente». Por su parte, Vox ha calificado esta reforma como «una burla a los ciudadanos», advirtiendo que el PSOE está utilizando el Congreso como «una herramienta para garantizar su impunidad»

Este despropósito legislativo no solo insulta la Constitución, sino que amenaza con transformar nuestro sistema democrático en un régimen clientelista y autoritario. Si permitimos que esta aberración prospere, estaremos cediendo ante un Gobierno que, lejos de rendir cuentas, está dispuesto a torcer las leyes para su propio beneficio.

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La «Ley Begoña» no es un proyecto legislativo; es una declaración de guerra contra los ciudadanos, contra la verdad y contra la justicia. Mientras el Gobierno sigue acumulando escándalos, ¿cuál será la próxima línea roja que estén dispuestos a cruzar? Esta ley es una vergüenza nacional que debe ser frenada antes de que arrase con los pocos pilares democráticos que nos quedan.

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