En un inesperado y polémico movimiento, Santiago Abascal, líder de Vox, ha anunciado que su partido abandona los gobiernos autonómicos que compartía con el PP en Castilla y León, Aragón, Murcia, la Comunidad Valenciana y Extremadura. Esta decisión deja a estas comunidades con gobiernos en minoría, obligando a los líderes regionales del PP a buscar desesperadamente nuevos apoyos para evitar el colapso legislativo.
Lo que Abascal pudo haber planeado como una jugada estratégica para fortalecer su partido podría volverse en contra de Vox y sus exsocios. La retirada de Vox no solo compromete la estabilidad de estos gobiernos, sino que también rompe la confianza en su capacidad de colaboración, lo que podría tener repercusiones negativas para ambas formaciones políticas.
Castilla y León: Un Futuro Incierto
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ahora enfrenta el reto de gobernar con solo 31 de los 81 procuradores. Con los presupuestos de 2024 ya aprobados, Mañueco puede prorrogarlos, pero cualquier otra legislación requerirá el apoyo de Vox o del PSOE. La posibilidad de adelantar las elecciones está sobre la mesa, recordando a todos el clima de incertidumbre política.
Aragón: Azcón en Apuros
Jorge Azcón, presidente de Aragón, pierde la mayoría absoluta tras la salida de Vox. Con 35 diputados en total, la gobernabilidad se complica, obligando a Azcón a negociar con partidos como la Chunta o el PSOE para sacar adelante cualquier proyecto. Aunque los presupuestos de 2024 están asegurados, la estabilidad política está lejos de serlo.
Comunidad Valenciana: Mazón ante el Desafío
En la Comunidad Valenciana, el presidente Carlos Mazón debe enfrentar un déficit de 10 escaños para lograr la mayoría absoluta. Tras la ruptura, Mazón ha cesado a los consejeros de Vox y reestructurado su gobierno en un esfuerzo por mantener la cohesión y buscar nuevos aliados que le permitan continuar con su agenda legislativa.
Murcia y Balears: Dependencia Crítica
Murcia y Balears también están en la cuerda floja. En Murcia, el PP necesita el respaldo de dos diputados más para mantener la estabilidad. En Balears, el PP gobierna solo gracias a un pacto con Vox, cuya ruptura complica aún más la situación. La dependencia de apoyos externos es ahora más crucial que nunca.
Extremadura: Una Notable Excepción
La situación en Extremadura es particularmente destacable. Ignacio Higuero, consejero de Vox, ha decidido desafiar a su partido y quedarse en el gobierno de María Guardiola. Este acto de rebeldía subraya las tensiones internas dentro de Vox y plantea interrogantes sobre la coherencia de su estrategia nacional.
Una Jugada Arriesgada con Consecuencias
Lo que parecía una demostración de fuerza por parte de Abascal podría resultar contraproducente. Al abandonar estos gobiernos, Vox no solo complica la gobernabilidad de sus exsocios del PP, sino que también se arriesga a quedar aislado políticamente. Esta decisión podría minar la influencia de Vox en la política autonómica y reducir su capacidad de negociación futura.
Una Derecha Dividida. Un Refuerzo para Sánchez
Esta fractura en la derecha, que muestra una falta de unidad frente a las políticas de Sánchez, facilita el camino para el gobierno central. Pedro Sánchez, dispuesto a pactar hasta con el propio diablo para mantener su poder, se beneficia de la división entre PP y Vox. La falta de cohesión en la derecha fortalece a Sánchez, quien aprovecha cada división y conflicto entre sus adversarios
La política es un juego de alianzas y estrategias, y la ruptura de Vox con el PP podría pasar a la historia como una decisión que debilitó a la derecha más de lo que la fortaleció. En lugar de consolidar su posición, esta jugada arriesgada ha creado un panorama incierto y complicado, dejando a muchos preguntándose si el costo no será demasiado alto para todos los implicados.
