En el reino animal, los hipopótamos tienen una peculiar forma de marcar territorio: esparcen sus excrementos con la cola en todas direcciones, cubriendo cualquier espacio cercano con desechos. Este comportamiento, que en la naturaleza puede parecer grotesco pero funcional, tiene un inquietante paralelismo con las prácticas del gobierno de Pedro Sánchez, quien parece haber adoptado la estrategia del «hipopótamo» en la política española.
Esparciendo mentiras para tapar la corrupción
Pedro Sánchez, acorralado por una interminable lista de escándalos de corrupción que salpican a su entorno más cercano, recurre a la vieja estrategia de «repetir una mentira mil veces hasta que se convierta en verdad». Este método, atribuido históricamente a regímenes autoritarios, se ha convertido en una herramienta habitual para el presidente y su equipo, quienes buscan confundir a la opinión pública y desviar la atención de los graves delitos que amenazan con hundir su mandato.
Entre los casos más sonados encontramos:
- Begoña Gómez: La esposa de Pedro Sánchez está siendo investigada por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios relacionados con su participación en másteres y una cátedra en la Universidad Complutense de Madrid.
- David Sánchez: El hermano del presidente ha sido citado como investigado por presuntas irregularidades en su contratación en la Diputación de Badajoz en 2017. La Fiscalía ha recurrido su imputación, argumentando falta de concreción en los indicios y delitos.
- José Luis Ábalos: El exministro de Transportes ha negado en el Tribunal Supremo las acusaciones de tráfico de influencias, organización criminal, cohecho y malversación, señalando a su exasesor Koldo García y al empresario Víctor de Aldama como responsables.
- Koldo García: Exasesor de Ábalos, detenido por presunta corrupción en la compra de mascarillas durante la pandemia, actuando como intermediario en negociaciones y cobrando comisiones por facilitar contratos.
- Víctor de Aldama: El empresario ha declarado que Ábalos lideraba una red de adjudicaciones amañadas a cambio de comisiones, implicando también a otros altos cargos del PSOE. Además, ha señalado al jefe de gabinete de la ministra de Hacienda, Carlos Moreno, por solicitarle oportunidades de inmuebles.
- Delcy Rodríguez: El encuentro nocturno en el aeropuerto de Barajas entre Ábalos y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, violando sanciones de la Unión Europea, generó controversia y sospechas de encubrimiento.
El presidente no solo se niega a rendir cuentas, sino que además se empeña en ensuciar el terreno mediático con desinformación, escenificando pactos irreales, discursos populistas y acusaciones contra quienes lo critican, como si se tratara de un hipopótamo en pleno ataque territorial.
Manipulación de instituciones y desinformación
Para contrarrestar estas acusaciones, el gobierno ha sido señalado por intentar controlar órganos clave y desacreditar al poder judicial:
- Control del Poder Judicial: El presidente Sánchez ha acusado al Partido Popular de instrumentalizar el Poder Judicial, mientras que figuras como Javier Aroca han señalado que algunos jueces actúan políticamente en lugar de judicialmente, exacerbando la polarización.
- Desinformación y propaganda: Se ha observado una estrategia de difusión de noticias falsas y manipulación mediática para desviar la atención de los escándalos, creando una cortina de humo que confunde a la opinión pública.
La célebre frase «Se puede engañar a todos durante algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo», atribuida a Abraham Lincoln, cobra un peso brutal en este contexto. La sociedad española parece haber llegado al límite de su paciencia ante el descaro con el que Sánchez y su equipo manejan los hilos del poder.
La decadencia del “Hipopótamo Número 1”
El legado de Pedro Sánchez, si es que puede llamarse así, quedará marcado como una de las etapas más oscuras de la política española. Al igual que el hipopótamo que esparce sus desechos sin control, Sánchez ha contaminado la democracia con mentiras, propaganda y un desprecio absoluto por la transparencia y la justicia.
Pero la verdad, aunque cubierta temporalmente por capas de mentiras, siempre sale a la luz. Y como el hipopótamo que no puede escapar de su propia naturaleza, Pedro Sánchez se encontrará tarde o temprano atrapado por la realidad que intentó ocultar. Su gobierno pasará a la historia como un ejemplo de cómo no se debe gobernar, y sus prácticas serán recordadas como un aviso para las futuras generaciones: la desinformación y la corrupción nunca prevalecen.